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El descubrimiento de los «tesoros» textiles que su abuela guardaba en el «sobrao» fue lo que indujo al joven Mario González a interesarse por la indumentaria tradicional de la zona, en cuya historia procura instruirse día a día. Una tarea que materializa, además, reproduciendo fielmente piezas originales o adquiriéndolas a anticuarios y particulares. -El baúl de la abuela resultó ser toda una sorpresa. -Sabíamos que tenía algunas piezas, porque cuando había niebla las sacaba para que les penetrase la humedad y se conservaran mejor, pero fue cuando murió mi abuelo y se fue a vivir con nosotros cuando vimos todo lo que había en los baúles. Nunca nos dijo todo lo que tenía, porque estuvo muchos años de luto y no se lo pudo poner. Había muchas cosas como un manteo carbajalino, otro picado, una capa castellana, mantillas españolas, camisones, en fin, muchas piezas, pero sobre todo me gusta un mantón, no por lo que vale, sino por la historia que tiene: mi abuela se quedó huérfana de madre a los dos años y de padre a los 12 y se pasó mucho tiempo de luto, por eso, para poder lucir algunas de las cosas que tenían en una boda de una hermana tiñó de negro este mantón, que era blanco bordado en colores y otra hermana tiñó una mantilla. También me gusta especialmente otro mantón que le trajo un tío suyo que era cónsul en Filipinas y está bordado en redondo. -¿Cómo aprendió a restaurar piezas antiguas y reproducir las originales? -Cuando apareció todo lo de mi abuela no le di demasiada importancia al principio, pero luego vi que una mantilla estaba en mal estado y la llevé a las Carmelitas de Medina del Campo y fueron las que me enseñaron en principio, luego he ido a algún taller para aprender a hacer picado y bordados de azabache, pero el resto lo he aprendido yo solo. -¿No será habitual que asistan hombres a estos talleres? -Pues no, pero la profesora que me enseñó a bordar, María, me dijo que solo había conocido a dos chicos que habían aprendido con ella, pero que éramos los que más perfección poníamos en el trabajo. También voy a aprender bolillos e Isabel, la profesora, me dice que está muy orgulloso de lo que hago. -¿Cuántos trajes tradicionales ha confeccionado? - Completos cinco. Tengo uno de toresano, el único masculino de la colección, que me dejó copiar Javier San Juan de uno original; otro negro azabache, que eran los que se utilizaban para las bodas en otros sitios, pero en Toro lo usaban más las amigas de la novia, por eso se confunde; también he hecho el de artesana de Toro de diario y el de gala y el de labradora, pero no el que se ve más ahora en Toro, sino el original, es decir, el que va con mantón de Manila, lo que pasa es que durante la Guerra Civil mucha gente los empeñó y luego se sustituyó por la pañoleta, que se bordaba en la Sección Femenina. Antiguamente la tela con la que se hacía la falda, las «chinas», se la regalaban a las chicas cuando dejaban de ponerse los zagalejos o la ropa infantil. Las «chinas» se las regalaba la familia, la suegra les regalaba el mantón cuando se iban a casar y las amigas bordaban la «polla», que era la mantilla redonda o de rocador de la cabeza. El día de la boda se ponían todo y por la clase de «chinas» que llevaban, además de las joyas, la gente podía saber el dinero que había en casa. Con el de viuda rica de momento no me atrevo. -¿El traje de artesana de Toro no parece muy conocido? -Ahora no, pero era muy usado, es el que llaman el traje de Tagarabuena. Toro tiene muchos trajes, pero solo se potencia el de labradora y el de viuda rica, sin embargo también se usaba mucho el picado amarillo, rojo o azul. El de artesana más normalito y llevaba una manta zamorana. Hay un cuadro de Delhy Tejero que reproduce una chica vestida de artesana con la manta. El de gala era el que las mozas se ponían en la fiesta de las Hijas de María, el 8 de septiembre; había una representación de las tres clases sociales: dos labradoras con mantilla, dos artesanas y dos señoritas que se vestían a la moda de la época. -Además de trajes, ¿ha confeccionado piezas sueltas? -Sí, he hecho gorritos y mantillas de bautizar y de envolver, mantillas de rocador y hasta he reproducido una montera de las que se utilizaban en los trajes del Alfoz. La Opinion de Zamora - 14/01/2010 | ||
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Ole por Mario, es un chaval que se curra los trajes desde hace años y nos deleita a todos cuando los exhibe en los desfiles. | ||
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Publicado: 14-01-10 a las 22:51 Asunto: En Toro sólo se potencian dos trajes | Total Mensajes: 194 |
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